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Conozca a Wilmar Vera

Este hombre se hizo conocido en junio de 2012, por haber sido el presunto culpable de la muerte de Alexander Morales, un ex estudiante de la Universidad Católica de Pereira donde el profesor trabajaba. Vera fue acusado de ordenar el asesinato de este joven, según la Fiscalía, por deudas pendientes.

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Recuerdos de  vida

Más allá de la “normalidad” de la vida de un catedrático universitario, la historia de este hombre de 43 años, nacido en Medellín un lunes primero de noviembre de 1971, en el sexto piso de la Clínica León XIII (donde según él, ha nacido media ciudad) siendo un bebé prematuro, es la historia de un hombre al cual las décadas de la vida lo han marcado.

Primera década:

Toda su infancia la vivió en el barrio Belén, “Yo soy como Jesús, todo el tiempo crecí en Belén” afirma él, intentando ser divertido en la conversación. Creció en una familia de cinco personas: Albeiro su papá, contador de profesión pero inventor por afición, Carolina su mamá, una mujer amante de las letras y la poesía y sus dos hermanos menores Duván y  Acvez, un invento de sus padres por combinar sus nombres para uno de sus hijos que significa Albeiro Carolina Vera Zapata.

¿Qué le recuerda su infancia?

Fue una infancia feliz. Hasta ahora inclusive a mi edad gozo con la presencia de papá y mamá. Gocé en mi infancia la fortuna de tener dos hermanos, tenía con quien jugar y pelear. No fue una infancia de lujos pero tampoco de carencias.

 

¿Qué anécdota particular lo transporta a sus primeros años junto a sus padres?

Recuerdo que mi papá se compró una moto Kawasaki y nos íbamos los cinco para Comfama de Girardota, cuando pasábamos por el F-2 (Estación de policía judicial) que en esa época quedaba en la 76, donde está ahora el Parque Biblioteca de Belén, un policía nos decía – “hey no hay espacio pa’ mi”. Eso era muy chistoso. Mi hermano menor en el tanque, mi papá manejando, mi otro hermano en la mitad, mi mamá detrás y yo en la parrilla. Salíamos mucho de paseo.

 

Segunda década:

La llegada de la segunda década en su vida estuvo marcada por grandes giros que para un adolecente un poco conservador y tradicionalista eran algo estremecedores. Las fiestas nunca ha sido lo de él. Un hombre de pocos amigos. Su timidez fue uno de sus principales referentes en esta etapa y esa misma timidez lo llevó a terminar estudiando Comunicación Social-Periodismo.

 

Usted no inició estudiando periodismo…

La verdad, no. Le hice caso a mi papá que quería un ingeniero en la casa y me puse a estudiar Ingeniería de sistemas en Eafit, pero me echaron por bajo rendimiento. En lo único que me iba bien era en el curso de español, porque tocaba escribir, de resto eran solo notas de 0.3 y 0.2.

¿Cómo termina en la Universidad de Antioquia estudiando Comunicación social- Periodismo?

Después de que me rechazaran en la UPB, donde fue tal vez la única vez que me mostré más extrovertido y luego  de tres veces intentándolo en la UdeA, logré pasar en el semestre 1990-2. Si yo no pasaba en esa oportunidad ya me estaba viendo manejando un taxi. Terminé eligiendo periodismo por varias razones: primero para dejar de ser tan tímido, segundo porque el periodismo es el servicio militar de la literatura y tercero porque dicen que el periodismo no tiene matemáticas, aunque luego descubrí que lo último no era tan cierto.

Tercera década:

Llega la tercera década de la vida para Wilmar Vera y se avecinan de nuevo cambios drásticos que lo vuelven a sacudir. Cuando pensó contar con cierta estabilidad, profesional, familiar y personal el destino estaba ahí para volver a cambiar su panorama, él afirma que a los 30 fue tal vez el primer golpe duro y real.

Wilmar ¿Cuándo usted habla de su primer golpe duro, a qué se refiere?

A mí salida de El Colombiano. A mí me echaron por esa época cuando llegaron unos empresarios mexicanos a hacer reingeniería en la compañía. En una ocasión estando dentro de la redacción me topé con el jefe de personal y me saludó: -Que hubo Wilmar. Desde ese momento me asusté, uno nunca se imagina que un tipo con un cargo de esos vaya a conocer al personal, o bueno solo del que le hablan, entonces entendí que algo raro estaba pasando.

 

¿Qué pasó después de eso?

Quedé desempleado un tiempo. Me tocó vender el apartamento y el carro, me quebró por primera vez. Después me fui a trabajar en La Crónica de Armenia como periodista judicial, intenté hacer un tipo de periodismo más humano y solo duré un semestre. Me regresé para Medellín.

 

Cuarta década:

Al preguntarle de la llegada de la cuarta década de su vida, la respuesta de este profesor es contundente: ¡Esa si fue la tapa! Al cumplir sus 40 años Wilmar Vera pensó que ya su vida había entrado en una etapa de estabilidad y que solo cosas positivas le estaban sucediendo, hasta que de nuevo el camino estaba listo para sacudirlo nuevamente. Es la parte de su vida que más personas conocen, o por lo menos que llevó a que por un tiempo se le conociera como el asesino de Alexander Morales, un exalumno de él en la UCP, y que también era buen amigo del profesor. Algunos negocios juntos llevaron a que “la justicia” de este país y los medios dudaran de la buena fe y la amistad de dicho profesor con su alumno, a tal punto de sindicarlo como el principal responsable de la muerte del joven, basados en algunas declaraciones del sicario que tan solo había declarado como autor intelectual el nombre de Wilmar Vera con una descripción física errónea a la del docente. Solo hasta el 1 de octubre de 2013, se declara a Wilmar Vera como falso positivo judicial, y es absuelto de los cargos por asesinato.

Resumen del caso

Imágenes de Wilmar Vera con sus amigos y familiares después de salir de la cárcel.

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Para la historia de nuestras vidas

Y ahora…

Actualmente el periodista se encuentra de catedrático en tres universidades: La Corporación Universitaria La Sallista, la Universidad Eafit y por supuesto en su anhelado sueño de ser docente en la Universidad de Antioquia donde se encuentra como profesor en el departamento de regionalización de la Facultad de Comunicaciones,  enseñando y  como él mismo lo afirma “enamorando a muchos más de lo que es esta profesión”. Su vida ya es mucho más tranquila y sus deseos ahora están enfocados en el trabajo y su familia.

Un plan hacia el futuro. Qué le hace falta por hacer.

Escribir. Desde que estaba en la Universidad de Antioquia y veía a Juan José Hoyos dar clase, decía que algún día él escribiría el prólogo de un libro mío, eso es tal vez lo que siento que me falta.

 

¿Y ya se reconcilió con Dios?

Yo creo que sí, solo que en esos momentos yo no entendía como por qué y todavía me sigo preguntando por qué tenía que pasar esto, pero yo se que Dios es tan omnipotente y tan sabio que los alegatos de un pobre mortal como yo no son graves y me perdonará.

 

¿Le teme a los 50?

Pues por la experiencia de mis dos anteriores décadas me daría miedo que pase algo a los 50 pero no, yo confió en que no pasará nada más.

Entrevista Escrita por Sergio Alejandro Ruiz Saladarriaga

Para más información sobre el caso de Wilmar Vera desde el ambito judicial puedes ingresar a la siguente página.
http://conpruebas.wix.com/casosjudiciales

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